miércoles, 29 de mayo de 2013

CIUDAD DE CÁCERES: UN FESTIVAL DE AVES CADA DIA

En los tiempos que corren, es frecuente que los habitantes de pueblos y sobre todo de las ciudades (y cuanto más grandes sean estas más se acusa el efecto) nos encontremos o se encuentren sometidos a unas rutinas diarias, y que no percibamos diversas cosas de nuestro entorno, que estando ahí, bien placenteras, pueden pasar inadvertidas. Cada uno se adapta a su rutina diaria, y poco más importa. Un buen ejemplo de ello es lo que ocurre con las aves de nuestros entornos humanizados. ¡Están ahí, junto a nosotros! Comparten con nosotros ese hábitat que hemos creado para nuestro propio beneficio, pero del que ellas también se sirven, llegando a depender en gran medida del mismo. Nos vemos a diario. Y sin embargo para muchas personas, esas vecinas tan peculiares que son las aves urbanas, pasan inadvertidas. Gorrión Común. El ave urbana por excelencia. Estornino Negro. Otra de las aves más características de los entornos urbanos. Macho de Cernícalo Primilla. Una de las "joyas aladas" de la Ciudad de Cáceres. Y más Abajo la más conocida por su tamaño y sociabiliad, la Cigüeña Común. Hace unos días, en concreto del 17 al 19 del presente, tuvo lugar la quinta edición del Festival de las Aves Ciudad de Cáceres. Una magnífica iniciativa llevada a cabo por la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura y el Excmo. Ayuntamiento de Cáceres. Una iniciativa que, enmarcada en el inmejorable entorno que representa el casco histórico de la capital cacereña, tiene como finalidad dar a conocer la importancia de este magnífico enclave para las aves, y que en esta edición ha pretendido extenderse hasta otras ciudades y pueblos de nuestra región, con la celebración de la “primera jornada sobre las zonas de especial protección para las aves en los núcleos urbanos de Extremadura”. Y como aquí no pretendo limitarme a los elogios, una crítica (que pretende ser constructiva) nunca viene mal: la celebración de esta jornada en un día laborable, cuando la mayoría de los interesados en el tema tenemos que trabajar, no ha sido a mi modo de ver, la mejor opción. A ver qué pasa en posteriores ediciones. Espectáculo lúdico. Representación teatral sobre la vida de las Cigüeñas. Arriba, edificios llenos de mechinales, y por tanto con grandes posibilidades para la nidificación de aves. Abajo, Grajilla que emplea mechinal como nido. Pero volviendo a la temática del Festival de las Aves, que es lo que aquí nos ocupa, la organización prevé cada año una serie de interesantes actividades educativas como exposiciones fotográficas, puestos de observación de aves, visitas medioambientales, talleres para niños, e incluso espectáculos lúdicos relacionados con las aves. La participación de los niños en el concurso de dibujo es abrumadora. También hay cada año un maratón fotográfico de gran prestigio, aunque aquí “los lugareños” gozan de cierta ventaja por su conocimiento del lugar, posibilidad de cebas previas y sobre todo por el horario (vuelvo a la crítica, con la intención de que sea constructiva). En definitiva, toda una variedad de actividades para pasar un fin de semana agradable, disfrutando del entorno incomparable que la ciudad de Cáceres ofrece, con las aves como nexo de unión y telón de fondo. Abajo, acto de entrega de premios del Maratón Fotográfico. Los que asistimos al evento de este año tuvimos la ocasión de disfrutar con las diferentes actividades, todas ellas de gran interés, pero como ornitólogo y a la vez amante del patrimonio histórico, lo que más satisfizo mis expectativas fue la magnífica ruta observando las aves urbanas del enclave, en compañía de un grupo de personas; algunos como digo éramos ornitólogos, pero otros (quizá la mayoría) participaban por primera vez en este tipo de actividad y se maravillaban al descubrir por vez primera algunas aves del entorno en el que viven, o al conocer sus hábitos y costumbres. Sin embargo sus testimonios y aportaciones, especialmente de los más mayores, fueron de gran interés. Todos aprendimos nuevas cosas y pasamos un rato muy agradable. Pero insisto en que no fue la única actividad que resultó provechosa. Durante el recorrido para la observación de aves las explicaciones y debates fueron frecuentes y enriquecedoras. La apuesta de la Dirección General de Medio Ambiente por la protección de los núcleos urbanos en atención a su importancia para las aves, con la designación de ZEPAS (Zonas de Especial Protección para las Aves), y la de la Dirección General de Turismo por su difusión, merecen el elogio no sólo de aquellos que dedicamos nuestro tiempo a su observación y estudio, sino de la población en su conjunto, que se beneficia del rango de identidad que las aves urbanas proporcionan a nuestros pueblos y ciudades, y por supuesto del beneficio directo que estas aves nos reportan, controlando las poblaciones de insectos y roedores. Si tenemos en cuenta que una sola Golondrina (y es el mismo caso para otras especies como Aviones, Vencejos, Herrerillos o Collalbas) se alimenta a diario de centenares de insectos, ¿cómo sería nuestra vida sin el número de aves insectívoras que conviven con nosotros? ¡Y qué decir de de las ratas y ratones que una sola Lechuza captura cada noche! Está claro que las aves urbanas son nuestros mejores aliados, y como tal debemos tratarlas. Es hora de hacer un alto en nuestra rutina y reflexionar. De mirar el entorno en el que nos desenvolvemos y disfrutar de la visión que nos ofrece. De gozar con el crotoreo de las Cigüeñas que coronan los tejados y de los Cernícalos Primilla que sobrevuelan nuestras viviendas. De disfrutar del armonioso canto de Jilgueros y Verdecillos, y hasta de reírnos con los alocados vaivenes de Estorninos y Gorriones. Es hora de disfrutar al máximo de nuestro entorno, y en este sentido pocos núcleos urbanos como la capital cacereña y en especial su casco histórico para compatibilizar turismo monumental con observación de aves. Si efectivamente; Cáceres es una ciudad en la que podemos disfrutar de un Festival de Aves cada día. Conjugar la belleza de los edificios históricos con la de las aves y su observción es una de las posibilidades que ofrece la Ciudad de Cáceres.

viernes, 10 de mayo de 2013

HIDES PARA FOTOGRAFIAR AVES


Hace ahora algo más de diecisiete años (hay que ver cómo pasa el tiempo) que andaba yo atareado con las actividades de ANSER, rumiando un proyecto de conservación consistente en poner una serie de hides a disposición de fotógrafos, y conseguir a cambio unos ingresos que serían destinados a proyectos y actividades de conservación.

Los comienzos fueron duros, y sobre todo muy trabajosos, pero con la ayuda de algunos compañeros, conseguÍ ponerlo en práctica al año siguiente. Había nacido lo que dimos en llamar “Programa de Imagen y Naturaleza de ANSER”, que acaba de cumplir hace unos días la friolera de dieciséis años de forma ininterrumpida.

Nunca me plantee una duración en el tiempo, pero si por aquellos comienzos me hubieran dicho que dieciséis años después íbamos a continuar con la tarea, como mínimo creo que me habría puesto las manos en la cabeza.

La idea primigenia, y la que nos hemos esforzado en mantener en ANSER(y conseguido hacerlo) era y es llevar a cabo una gestión desde la conservación, dando prioridad absoluta a esta, estudiando cada caso para minimizar al máximo las molestias, estableciendo importantes limitaciones, llevando a cabo laboriosas tareas de campo, y por supuesto evitando convertirlo en una actividad empresarial, por entender que no perseguimos un negocio económico, sino un modelo de explotación racional de los recursos naturales, que han de revertir en su gran mayoría en la propia conservación de las especies fotografiadas, o en otras de la zona, y siempre en los titulares de las explotaciones agrícolas y ganaderas.

Bien es cierto que con el tiempo (especialmente en los últimos años) han surgido multitud de empresas dedicadas a estas mismas actividades, y todas, al menos a priori, me merecen todo el respeto. Pero no es el mismo planteamiento que en su día formulé y por el que he luchado duro todos estos años. Sigo pensando que por muy buenas intenciones que una empresa tenga, puede ser complicado no cruzar la línea para conseguir un poquito más de beneficios. En fin, habrá de todo, y no es mi intención generalizar. He ofrecido mi asesoramiento en muchos casos, y me hubiera gustado que se materializaran en modelos similares al de ANSER y no de tipo empresarial, pero sé que eso es difícil; más en los tiempos que corren.

Me dicen a veces mis compañeros, que para mantener el modelo que yo ideé en su día hace falta estar un poco loco. Reconozco que lo debía estar entonces, y debo seguir estándolo. Aunque confieso que he tenido momentos muy bajos, en los que he estado a punto de abandonarlo todo, también he experimentado grandes satisfacciones. Sobre todo cuando haces balance de todo lo que se ha conseguido durante estos años gracias a los fondos recabados: hemos conseguido duplicar la población de Aguiluchos en La Serena, contribuir al mantenimiento de especies como la Avutarda o el Sisón con estudios sobre la accidentalidad en vallas y tendidos eléctricos, kilómetros de señalizaciones, hemos puesto en marcha un proyecto de recuperación del Cernícalo Primilla y la Carraca, colocación de cajas nido en tendidos eléctricos, construcción de un edificio para estas aves (Primillar), otro proyecto sobre la protección de las Aves Urbanas, otro más sobre las zonas estepáricas, otro sobre las Grullas durante la invernada, multitud de actividades de educación ambiental, publicaciones, jornadas, congresos,… Todo ello te anima a continuar en la brecha. Y como no, también te anima el hecho de recibir una carta desde Alemania, de una señora a la que no conoces, y que te da las gracias por lo feliz que ha sido su marido fotografiando Avutardas. ¡Qué cosas!

Y ahora por fin ha surgido una nueva iniciativa, y esta vez siguiendo un modelo no empresarial sino social, y por tanto similar al de ANSER. Tengo que decir que no quepo en mi gozo, tanto por ver como se pone en marcha una iniciativa del tipo que tanto he preconizado, como por el hecho de haber tenido la oportunidad de probar el hide con unos magníficos resultados.

Esta nueva iniciativa, que ha surgido de la mano de mi amigo Sebastián Molano (excelente fotógrafo, mejor persona, y al parecer “otro loco”) se sitúa en la provincia de Cáceres, no lejos de la capital, y en concreto en la localidad de Aldea del Cano. Ubicado en una dehesa propiedad de la Asociación Francisco de Asís, este hide tiene una labor puramente social, ya que servirá para autofinanciar la residencia de atención a disminuidos psíquicos de la entidad. Se puede reservar en el correo: asociacionfranciscodasis@gmail.com o bien a través del teléfono 609-861 719.

Desde este hide se pueden fotografiar diferentes especies de aves que entran a la carroña, en un marco inmejorable. Tiene especial importancia en el lugar el Milano Negro, aunque también está presente su pariente el Milano Real, y no faltan las tres especies de Buitres (Leonado, Negro y Alimoche), así como un grupo de Cuervos que se dedican a importunar a unos y otros. Pero la sorpresa ha sido la aparición de la joya de la corona: Nada memos que el Águila Imperial está haciendo acto de presencia en este comedero, para la delicia de los fotógrafos que hemos tenido la suerte de acudir a él.
 
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