El GR-115 es una ruta de casi 100 kms que atraviesa la
comarca de La Serena de Este a Oeste y en la que podemos disfrutar de todos los
ecosistemas naturales presentes en esta comarca, así como de su incomparable
riqueza histórica.
Comienza en la localidad de Capilla, una pequeña villa que
linda con la provincia de Ciudad Real, y que cuenta con uno de los castillos
más antiguos de toda la comarca, y desde luego el mejor conservado.
Siguiendo hacia el Oeste nos encontramos una elevada cumbre
rocosa: el Peñón del Pez; muy cerca está el castro del mismo nombre. En la
actualidad su mayor importancia radica en la rica comunidad faunística que
alberga, con numerosas rapaces entre las que destaca el Halcón Peregrino,la
Cigüeña Negra o el Águila Real.
Muy cerca está la localidad de Peñalsordo. Aquí se encuentra
el museo de “La Octava del Corpus” donde el viajero puede obtener información
sobre este pueblo y su historia.
Desde Peñalsordo nos internamos a través de las sierras del
Torozo y Las Cabras en dirección a Cabeza del Buey. Este recorrido serrano
transcurre por lugares de singular belleza a través de Jaras, Brezos, Escobas y
Cantuesos, sobre los que se elevan numerosos pies de Encina y Alcornoque, si
bien en algunas zonas la vegetación mediterránea autóctona ha sido sustituida
por plantaciones de pinos.
La sierra de Las Cabras da cobijo a una importante colonia de Buitres Leonados y una pareja de Alimoches. Muy cerca, la antigua estación ferroviaria de Las Cabras se mantiene en pie como recuerdo de una época en la que la vida rural era predominante.
La sierra de Las Cabras da cobijo a una importante colonia de Buitres Leonados y una pareja de Alimoches. Muy cerca, la antigua estación ferroviaria de Las Cabras se mantiene en pie como recuerdo de una época en la que la vida rural era predominante.
En Cabeza del Buey podemos ver numerosos edificios de gran
esplendor, tanto religiosos (ermitas e iglesias) como seglares, siendo las
casas solariegas el principal ejemplo. Existe también un museo sobre el
abundante arte rupestre presente en toda la zona.
Siguiendo hacia el Oeste pasamos junto a la vieja estación
ferroviaria de Almorchón, antiguo nudo de comunicación con Córdoba, y que en el
pasado gozó de gran esplendor. Muy cerca están el Castillo de Almorchón, y
también de la Ermita de Belén, santuario del siglo XIII, cuyo recinto es ideal
para el descanso, existiendo en el edificio un hotel rural.
Con la sierra de Tiros siempre a la izquierda, continúa el
recorrido en dirección hacia Castuera. El paisaje es variado, con la ladera de
sierra a un lado y la inmensa zona esteparia de La Serena al otro.
La fauna que podemos ver es igualmente variada, desde aves típicamente de sierra hasta otras de dehesa, y por supuesto de los llanos desarbolados que se extienden hacia el norte. Son estos los territorios de Avutardas, Sisones, Aguiluchos, Gangas, Ortegas, Canasteras, Calandrias, …
La fauna que podemos ver es igualmente variada, desde aves típicamente de sierra hasta otras de dehesa, y por supuesto de los llanos desarbolados que se extienden hacia el norte. Son estos los territorios de Avutardas, Sisones, Aguiluchos, Gangas, Ortegas, Canasteras, Calandrias, …
Llegamos a un collado en la sierra. Puerto Mejoral. Es una
zona que permite el paso con facilidad, y por ello ha sido usada desde muy
antiguo por varias civilizaciones, que han dejado sus huellas en los restos de
una vieja muralla. Hoy es especialmente conocido por la facilidad para observar
las Grullas en sus tránsitos diarios entre las dehesas situadas al sur de este
punto, en las que estas aves se alimentan, y los arroyos y embalses situados al
norte, donde pernoctan. Los tránsitos diarios, a primera y última hora, suponen
uno de esos espectáculos naturales que no debemos perdernos.
Continuamos junto al último tramo de la Sierra de Tiros, y
poco más adelante observamos el tercer castillo de nuestra ruta, acompañado por
algunas edificaciones actuales. Se trata Benquerencia de la Serena, un
pueblecito ubicado en plena ladera de sierra, donde el espacio se aprovecha al
máximo realizando escalonamientos y terrazas.
Llegamos a Castuera, el pueblo más grande de esta comarca y
donde el terreno se abre en todas direcciones.
Castuera cuenta con lugares de interés como el barrio del
Cerrillo o la iglesia parroquial creada por la Orden de Alcántara. Otros
lugares de interés son el Museo del Turrón y el Centro de Interpretación de la
Naturaleza de la ZEPA de La Serena y Sierras Periféricas, o el Salón del Ovino
de La Serena. También pueden degustarse sus famosos embutidos y quesos de
oveja.
Siguiendo hacia el Oeste, nos adentramos en la vereda
conocida como “Senda del Rey”, antigua ruta de transhumancia por la que hoy se mueven
agricultores, senderistas y algunos ornitólogos, pues la primera parte de este
tramo transcurre entre dehesas en las que además de disfrutar de bellos
paisajes pueden verse aves de gran importancia como Aguila Calzada, Milano
Negro y Elanio Azul, aunque sin duda el personaje estrella sean las Grullas,
que durante la época invernal conforman grandes grupos en busca de bellotas de
las que alimentarse.
Las dehesas dan paso de nuevo a terrenos abiertos, aunque en
esta ocasión entre un extenso retamar. Atravesamos en ferrocarril en dirección
hacia Campanario, y pocos metros más adelante pueden verse numerosos nidos de
Cigüeña Blanca sobre eucaliptos.
Campanario. En este pueblo se encuentran varios palacios
señoriales y casas nobiliarias de los siglos XVI al XVIII, entre los que
destaca la Casa de los Diablos. Varios kilómetros al norte del pueblo está la
Ermita de Piedraescrita, a donde toda la localidad acude en romería cada año
para celebrar el Lunes de Pascua.
La ruta hacia el Oeste continúa por terrenos abiertos
dedicados a la agricultura y la ganadería. Cruzamos el arroyo del Molar dejando
a nuestra derecha una vieja presa de origen romano en cuya cuenca se forma un
microhábitat ideal para aves acuáticas, anfibios y reptiles.
Más adelante llegamos al asentamiento de La Mata, un
edificio protohistórico del siglo VI a. C.
Desde lejos podemos ver nuestro nuevo destino bien a la
vista: Magacela. Antes de llegar pasamos
junto a viejas minas de cal, en las que pueden apreciarse viejos hornos de
leña.
Magacela es un bonito y peculiar pueblo que se extiende por
por la ladera de una sierra rocosa. En la cumbre se haya el cuarto castillo de
nuestra ruta, y más adelante un grupo de pinturas rupestres, que sin embargo no
son los únicos vestigios de la presencia humana desde muy antiguo, pues también
existe un Dolmen de considerables dimensiones en la parte baja del pueblo. Esta
localidad tiene una larga historia que ha quedado impregnada en sus
construcciones, algunas de las cuales trepan por la ladera rocosa con la
intención de ganar espacio donde apenas lo hay.
El
recorrido continúa hacia el Oeste por la ladera de la sierra, dejando a nuestra
derecha zonas abiertas dedicadas a la agricultura. Por fin tenemos delante la
localidad de La Haba, que será el final del trayecto. Si comenzamos en zonas de
sierra, ahora terminamos en espacios llanos carentes de vegetación arbórea y
dedicados a la actividad agrícola. Las parcelaciones existentes hacen posible
un mosaico de diferentes especies de cultivos mezclados con zonas de posío y
barbecho, que dan lugar a una rica comunidad biológica. Es terreno de aves
esteparias, en especial del Aguilucho Cenizo.Toda la información recogida en esta entrada está publicada en el libro "Rutas para descubrir Extremadura", donde además se encuentran un gran número de excelentes artículos para conocer a fondo la región extremeña.
Web de la Dirección General de Turismo: http://www.turismoextremadura.